Esta semana, desde Foro Costa Atlántica convocamos al conversatorio virtual “Covid-19: desafíos para el Atlántico y Barranquilla”, como un espacio de diálogo ciudadano para analizar la grave expansión de la pandemia que enfrentamos en esta zona del país. El epidemiólogo Osvaldo de la Hoz, el economista Jairo Parada, la periodista Laura Ardila y el analista político Ángel Tuirán brindaron una mirada interdisciplinar al problema.
Lo primero que debe señalarse es que en el Atlántico y Barranquilla la curva de casos y fallecidos avanza en crecimiento exponencial. Los fallecimientos por coronavirus en Atlántico han mostrado un aumento, la semana pasada el Departamento era el cuarto con más fallecimientos, sin embargo, en los últimos se mantiene en el segundo puesto, después de Bogotá, llegando a representar más del 40% del total de fallecidos a nivel nacional, al tiempo que se anuncia una ocupación del 80% de las camas UCI de Barranquilla.
Por otro lado, las afectaciones por el Covid-19 no sólo han sido sanitarias sino económicas. De acuerdo con Jairo Parada, se calcula que la pobreza en Barranquilla aumentará en un 10% y que el impacto en la economía del Atlántico es de 5 billones de pesos, superior a lo que señala el Banco de República. Parada señaló que el aislamiento está destruyendo la economía local y que sí es necesaria la reactivación, pero con estrictas medidas. Lamentablemente, el sacrificio económico no se ha visto reflejado en el mejoramiento sustancial del sistema de salud, que hoy está al borde del colapso.
En lo que respecta a la participación ciudadana, el panorama hoy resulta bastante gris por las resistencias institucionales de los últimos gobiernos distritales en la inclusión de la sociedad civil organizada en la toma de decisiones. De acuerdo con Tuirán, en Barranquilla hay una paradoja porque el modelo de ciudad que focaliza infraestructura ha generado buena percepción sobre la gestión, pero esto no ha implicado participación efectiva. Hoy, en estas circunstancias, es cuando más se requiere la articulación del Distrito con los líderes comunales, las JAL, la academia y la sociedad civil en general. Igualmente, según el Dr. De la Hoz, se debe fortalecer el modelo de salud pública comunitaria, con énfasis en promoción y prevención a nivel barrial.
Por último, Laura Ardila planteó que el papel de los medios de comunicación- más allá de sólo registrar los casos- debe ser el de analizar todas las variables de esta crisis, a partir de la lectura de “la otra Barranquilla”, la desigual, en donde hoy se concentra el mayor número de casos. Así mismo, los medios de comunicación tienen el reto de hacer seguimiento a las medidas gubernamentales y modificar los discursos que han reducido el contagio masivo a un asunto de “indisciplina social” o “falta de cultura ciudadana” sin tener en cuenta otros factores estructurales.
La pandemia evidenció y agudizó las infinitas desigualdades preexistentes en el departamento y la ciudad. El actual panorama es el resultado de una subestimación de los impactos del Covid-19 y de otros factores que también inciden en la expansión del virus en el Atlántico y Barranquilla: la ausencia de una estrategia de apoyo económico y de seguridad alimentaria para las poblaciones más vulnerables, la tardía vinculación de liderazgos sociales y comunitarios, la desconfianza en la institucionalidad por parte de la ciudadanía, los mensajes confusos alrededor de las medidas gubernamentales y la baja capacidad de nuestro ya precario sistema de salud. Recuperarnos de esta tragedia dependerá de un esfuerzo colectivo, más que de responsabilidades individuales.
Por: Gianis Giacometto
*Imagen de referencia tomada de Blu Radio