Por: Daniel D. Gómez Caraballo
Hace pocas semanas en el Distrito de Barranquilla se suscribió un contrato con la firma neerlandesa Royal Haskoning DHV, iniciando así la etapa de diseño del llamado Puerto Futuro, la nueva terminal marítima de la ciudad. Según el alcalde, esta obra tendrá un componente portuario -que busca subsanar los problemas del puerto- y uno ambiental -la protección y recuperación de la playa de Puerto Mocho-. Como se sabe, esta no es la primera vez que un proyecto promete solucionar los graves problemas portuarios de Barranquilla, e igual que las veces anteriores, nacen algunos interrogantes que no son menores.
Esta propuesta trae consigo innovaciones importantes en comparación con el antiguo proyecto del puerto de aguas profundas, el cual contemplaba la intervención de la margen izquierda del río. Puerto Futuro, por otro lado, prevé que, una vez llegada la carga al nuevo terminal marítimo, esta será transportada a través de cabotaje por el río a los puertos fluviales. Aquí surge una incógnita, ¿Será que este proyecto solucionará el círculo vicioso de los problemas de navegabilidad del río, origen mismo de la crisis portuaria?
Otra arista de la crisis portuaria es la cantidad de carga movida por el puerto, llegando esta a ser tan baja que la actividad portuaria representa solo el 5.1% del PIB barranquillero (Fundesarrollo, 2018). Según Kelina Puche, directora de Fundesarrollo, la participación del sector portuario en el PIB de Barranquilla se ha mantenido estable en los últimos años, permaneciendo en porcentajes muy parecidos en los estudios que se realizan cada 3 a 5 años. La zona portuaria de Barranquilla tiene una participación únicamente del 6.2% del tráfico portuario del país, siendo superada por puertos como los de La Guajira con 7.5% , Morrosquillo con 18.5%, el de Buenaventura 10.6%, Ciénaga 22.7% y Cartagena 26.6% (Superintendencia de Transporte, 2021). Como lo menciona Adolfo Meisel, el gran problema de la costa Caribe es que no hay un desarrollo agroindustrial, ni una infraestructura competitiva.
Necesitamos un trabajo conjunto como región Caribe para que esto sea viable y no pase a la historia como una obra más sin ton ni son. La colaboración de los principales puertos de la costa es vital. Son clave las obras complementarias como la construcción de vías que conecten a Barranquilla con la costa y el país -recordando el cuello de botella de la vía Barranquilla/Santa Marta y la eterna construcción de la Vía al Mar y la Cordialidad entre Barranquilla/Cartagena-. Además, es de suma importancia la modernización de la navegabilidad del río; no tenemos una APP que opere, y por el contrario, lo que tenemos son puertos inoperantes a lo largo de un río muerto. ¡Esto debe cambiar!
¿Cómo hacer para que el proyecto de Puerto Futuro sea sostenible a largo plazo? ¿Será una ilusión más para los barranquilleros, en lugar de una apuesta real para el desarrollo de la ciudad? Esta obra debe venir acompañada de un plan integral que asegure que esta gran cantidad de recursos invertidos traigan consigo bienestar, desarrollo y competitividad para la ciudad. La Alcaldía Distrital tiene la oportunidad de solucionar un gran e histórico problema y la ciudadanía tiene la oportunidad de tomar parte activa haciendo veedurías y seguimiento a los procesos. ¡Es momento de trabajar conjuntamente!